Etiquetas

, , ,

La llaman la ‘Roma Aymara o Roma de América’ por sus preciosas edificaciones, arquerías talladas en piedra y sus templos de valor incalculable. Sin embargo, hoy todo este monumental patrimonio arquitectónico del siglo XVI luce deteriorado y abandonado a su suerte. Desde Puno, la lamentable situación de los templos de Juli, la joya turística del altiplano que podría quedar en escombros.

Este es un penoso ejemplo de como el patrimonio monumental de Puno se está viniendo abajo sin que nadie haga algo por evitarlo. Esta es Juli, la capital de la provincia de Chucuito y llamada la Roma Aymara debido a la tradicional belleza de sus iglesias.

Sin embargo, desde que estas preciosas edificaciones levantadas por artistas aymaras fueran abandonadas debido a los primeros signos de deterioro a mediados del siglo veinte, su estado ha venido empeorando de una manera lamentable.

Si bien una de ellas, San Juan Bautista de Letran, se ha podido restaurar y hoy luce sus realmente increíbles tallados en piedra, otros templos de valor incalculable ya solo son ruinas.

Los ciudadanos agrupados en el patronato de Juli se preguntan cuál es la función del ministerio de Cultura si una joya como el templo de Santa Cruz de Jerusalén luce hoy con la torre derrumbada.

Lo escandaloso fue que los técnicos enviados por el ministerio de Cultura y otras instituciones asociadas para reforzar con andamios dicha torre, no solo no evitaron su caída el 2013 sino que al parecer contribuyeron con su colapso, según un documento del patronato de Juli.

Nosotros solicitamos al ministerio en cuestión el ingreso a este templo pero jamás se nos permitió el acceso aduciendo cuestiones de seguridad. El interior es hoy un nido de palomas y el piso tiene una gruesa capa de excrementos, según nos informaron vecinos
juleños.

Gracias a estas fotos podemos ver la elevada calidad que encierran estos muros hoy abandonados por la lentitud estatal. Un famoso arquitecto historiador la calificó como el punto más alto de la inversión decorativa de la región del Collao. La iglesia reconocida
como patrimonio cultural de la nación se muestra como un castillo de naipes por derrumbarse del todo.

Otro templo de Juli, Santa Barbara, hoy ya está en escombros y es usada como área de cultivo. A pocos kilómetros de la capital de Chucuito, en Zepita, uno puede encontrar esta maravillosa edificación religiosa que sin embargo luce así por dentro.

Para ponerse a llorar. Es la iglesia de San Pedro y San Pablo, convertida en un tiradero de objetos dejados por el propio ministerio de cultura cuando realizó trabajos de emergencia después de que la torre del templo colapsara. Dura realidad, lamentable, indignante.

El precioso patrimonio del Perú en manos de una administración cultural que se queja de la falta de fondos pero que, según los alcaldes locales, tampoco permite la toma de acciones para que no siga destruyéndose.

Fuimos a pedir explicaciones al representante del ministerio de Cultura en Puno y esto fue lo que nos dijo. Según el director local de Cultura su dependencia ha realizado con sus pocos recursos la restauración de una capilla muy antigua y hoy se centra sobre todo en la difusión de textos y música local.

En la misma plaza de armas de Juli, este es el lamentable aspecto del colegio mayor para indios nobles, con parte de su arquería derrumbada. A pesar de una serie de reclamos efectuados por los ciudadanos juleños, el sector Cultura y su antecesor INC jamás dieron muestras de interés.

Juli podría vivir del turismo debido a su extraordinario patrimonio. Sus dos museos poseen maravillas únicas, sus iglesias en uso son impresionantes, y su proximidad con Bolivia convierten a esta ciudad adornada por las aguas llenas de magia del Titicaca en
una promesa de desarrollo. Pero la llamada Roma Aymara poco a poco va convirtiéndose en símbolo del abandono.

Fuente: http://www.americatv.com.pe/cuarto-poder/reportaje/arde-roma-juli-noticia-30187

Pronunciamiento de ICOMOS

El estado lamentable en el que se encuentra el patrimonio cultural de Juli, en Puno, como ha evidenciado un reportaje digno de felicitarse el Programa Cuarto Poder, es un síntoma más de una situación cuya gravedad no tiene precedentes en nuestro país. Lo increíble es que esto se da al mismo tiempo que el MInisterio de Cultura cumple cuatro años desde que fue creado (lo que celebraron todos los ministros con bailes y algarabía, como si hubieran motivos de celebración posibles). El patrimonio cultural peruano está en una auténtica situación de emergencia. Por menos de lo que viene sucediendo no sólo debería renunciar la Sra. Ministra y su Alta Dirección, que es siempre un acto solamente simbólico, sino que DEBERÍA DECLARARSE EN EMERGENCIA LA INSTITUCIÓN.
Lo de Juli es intolerable. El Plan COPESCO restauró, inviritiendo muchísimo dinero, las iglesias del corredor sur hace menos de 50 años. Quienes pudimos ver los maravillosos pueblos de ese entonces y los comparamos con el caos absoluto en el que se han convertido en nuestros días, no podemos seguir callados ante esta situación. Juli es un caso más, entre muchos otros, en un proceso de deterioro del perfil histórico de las poblaciones a lo largo y ancho del país.
Juli es un lugar que merecería haber sido inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial hace mucho. Tenemos una Dirección de Patrimonio Mundial en el Ministerio de Cultura que ha demostrado una capacidad de trabajo verdaderamente criticable en los cerca de 15 años que tiene de existencia, y siempre ha estado bajo la misma conducción. Así no pueden funcionar las instituciones, y mal haríamos en callar esta situación que supera los límites de lo tolerable.
Exigimos acciones concretas. Lamentamos la situación en la que se halla la Dirección Desconcentrada del Ministerio de Cultura de Puno, cuyos deseos de trabajar hemos conocido en algún momento. Pero tampoco podemos pasar por alto el hecho concreto de que su largo periodo a cargo de la institución no está dando los frutos deseados. Seguramente realizan esfuerzos y tienen logros regionales, pero ante la magnitud y la gravedad de lo que viene sucediendo, no podemos dejar de señalar su responsabilidad. Hay momentos en los que, si por diversas razones no se logra sacar adelante en términos reales una institución hay que dar un paso al costado.
Tampoco podemos dejar de señalar que en este proceso de deterioro que lleva muchos años, la inacción y la indiferencia de las autoridades regionales y nacionales de otros sectores e instituciones debe ser señalada. ¿Cómo es posible que la Iglesia Católica no haya tomado cartas en el asunto y se mantenga impasible ante lo que viene sucediendo? ¿Cuál es la labor de los representantes puneños ante el Congreso de la República? ¿Qué sucede con la Comisión de Cultura y Patrimonio Cuiltural del Congreso que ha demostrado su absoluta indiferencia y su reprobable incapacidad al permitir que esto suceda sin siquiera pronunciarse al respecto?
As. ICOMOS Perú es una entidad técnica y no política. Ninguna de nuestras acciones o pronunciamientos tienen tinte político alguno. En numerosas ocasiones hemos manifestado nuestra voluntad de participar y cooperar, pero la respuesta de las autoridades ha sido la indiferencia y el silencio. No estamos dispuestos a tolerar que esta forma de ignorar a la sociedad civil se prolongue por más tiempo. Estaremos desarrolando acciones para evitar que esto siga sucediendo, lo que incluye oficiar a la Contraloría General de la República, a la Oficina de Control interno del Ministerio de Cultura y a los diversos organismos involucrados a fin de que se tomen medidas correctivas de manera inmediata.
Al mismo tiempo reiteramos nuestra voluntad de colaboración y de trabajo amplio, abierto, desinteresado y ciudadano. Generemos en conjunto, ya que el Estado no ha logrado hacerlo, alternativas para la recuperación urgente de, inicialmente, Juli, y posteriormente otros lugares del patrimonio cultural peruano. Estamos seguros de que el sector empresarial, sobre todo el ligado al turismo, debe reaccionar de una vez por todas y asumir compromisos concretos. Pero en ese trabajo la labor central corresponde al Ministerio de Cultura por lo que le solicitamos mediante este pronunciamiento público audiencia a la Sra. Ministra de Cultura de manera urgente e inmediata. En ocasiones anteriores lo hemos hecho de manera privada sin obtener respuesta alguna. Esta vez tomaremos las medidas que sea necesario para lograr que se generen comisiones de trabajo que propongan una verdadera política de conservación que ha brillado, durante toda la existencia del Ministerio de Cultura, por su ausencia. Es hora de actuar. Se lo debemos a las generaciones del presente y del futuro de nuestro país.
Nos ponemos igualmente a disposición de las autoridades locales y regionales de Juli y Puno que, en el reportaje de Cuarto Poder, han formulado llamados en ese sentido.
El patrimonio cultural es deber y derecho compartido por todos los peruanos.